jueves, 29 de septiembre de 2011

The Originals: El sentido de Pertenencia

Saludos, lectores. Presentando un post nuevo en Comicología. Un post que espero disfruten y recomienden si creen que lo vale.

En esta ocasión les traigo una reseña, recomendación y sencilla reflexión personal sobre uno de los trabajos del aclamado Dave Gibbons, conocido por muchos por su trabajo en Watchmen, con Alan Moore.


Un trabajo excelente y muy recomendable, a mi manera de ver: The Originals.


Situada en un futuro posible en lo que sería Inglaterra, la vida cotidiana no ha cambiado mucho a lo que en tiempos pasados ofrecía: violencia, glamour, tecnología y los mismos sentimientos que el ser humano ha proyectado desde su primera aparición; sentimientos como la amistad, el amor y la ira.

Publicada por la línea Vertigo de DC Comics -la línea editorial para lectores que se cansaron de los súper héroes y donde de vez en cuando aparecen en sus títulos- en el año de 2004; The Originals pasa ser una visión de Dave Gibbons sobre las llamadas sub-culturas de la juventud de los años 60 en Inglaterra; Gibbons crea una historia basándose en la lucha eterna de los mods y los rockers de aquellos días de su juventud situándola en un futuro donde ahora se llaman The Originals (mods) y Hovers (rockers).

La historia, para no darles detalles y se acerquen a esta obra, la resumiré de esta manera:

Dos amigos de la escuela (Lel y Bok), terminan sus estudios y su máxima aspiración es pertenecer al grupo the Originals; un grupo de esos rebeldes, callejeros y señalados por la sociedad que destaca por traer las mejores scooters, las mejores vestimentas, la mejor droga, las chicas más lindas, etc. Lel y Bok hacen lo que pueden para llamar la atención del grupo y finalmente son aceptados.

Ambos tienen aspiraciones que llegan a lo banal, pero nunca pierden el arraigo de la amistad, del saber que pertenecen a un grupo que nunca los traicionará y de sentirse, por fin, importantes. Pero Lel sabe perfectamente qué busca al ser un miembro de The Originals. Como suele pasar en este tipo de historias, Lel conoce el amor en una chica que lo acompaña a donde sea que vaya con sus nuevos amigos, en sus scooters. El status que Lel y Bok han obtenido por ser Originals no debe perderse por ningún motivo; Lel comienza a trabajar como traficante de drogas para el líder de la banda (el líder que vemos un par de veces y nunca es amenazado por algún miembro de la otra banda) y obtener dinero para solventar sus gastos, parrandas y scooters. Él sabe lo que quiere para sobresalir.

Existe otro grupo: los Hovers. A diferencia de The Originals, ellos visten con mezclilla, traen el cabello largo, la barba a medio crecer y chamarras de cuero; todo un cliché del rockero rebelde de los años sesenta. Tanto Hovers como Originals tienen ese sentido de arraigo hacia el grupo y ambas bandas tratan de sobresalir de la otra. La tensión entre las dos bandas se va desarrollando conforme la historia de Lel y Bok es contada; hasta que llega un momento en donde las cosas se salen de control y no solamente uno de los actores de esta historia llega a perder...



The Originals no es una historia pretenciosa. La historia es sencilla, entretenida y, dicho de la misma manera, simplemente clásica. El protagonista, que al inicio de la historia es inexperto, inocente y pobre toma las riendas de su destino; va tomando vivencias para agregarlas a su astucia para resolver problemas que amenacen su status social, el gran sacrificio que ha hecho para por fin ser una persona reconocida entre esa masa llamada sociedad. La clave de Gibbons para que el lector siga clavado en las páginas de The Originals es enfrentar la moral de quien lo lee con la moral de los protagonistas. En una historia de "buenos contra malos" solemos identificarnos generalmente con los buenos; en The Originals no hay buenos ni malos; está solamente el reflejo de la sociedad que lucha con ella misma para que ningún individuo se salga de ella. Y al momento en que sucede eso, las cosas se ponen difíciles, muy difíciles.



Independientemente de que Gibbons haya dicho que lo que vivió en esa época en Inglaterra lo plasmó en esta obra, no puso en tela de juicio a ningún miembro de The Originals o de Hovers; como lo hicieron los medios de información al juzgar a los mods, a los rockers y posteriormente a los hippies, punks, chavos banda, emos y darketos de hoy. De hecho, si la historia está exquisitamente dibujada en grises es tal vez para no inclinarnos hacia un lado de la balanza; no identificarse con Lel, Bok o algún Hover, se tocarían fibras muy sensibles si llegáramos a identificarnos con alguien. Todos son iguales, son individuos que buscan la famosa Verdad en un mundo mercantilizado, prostituido por esos mismos medios y aparatos de poder que señalan y satanisan a esas tribus sociales que estos mismos crean para seguir vendiendo y enriqueciendo al pez gordo. ¿Será cierto?

Quizá, lo que podemos resumir y aprender con the Originals es que a pesar de ser tan diferentes en pensamientos, ideas, vestimentas y metas, los sentimientos nos delatan; nos hacen ser humanos, erramos y cometemos faltas; afectamos nuestro alrededor, a pesar de que todo se haga por amor, en la búsqueda de lo perfecto. Sin embargo, en una sociedad distorsionada, fuera de las expectativas guajiras de la perfección y la paz, cada grupo y cada individuo cumple una función; y esa función debe ser reconocida por el mismo individuo para que todo siga conforme al plan. No importan tus sentimientos, el valor de la amistad, el amor o la ira. Todo eso se va al carajo cuando buscas sobresalir. ¿O no?

Saludos!

1 comentario:

osmar dijo...

se oye interesante tito, nomas que yo no se ni madres sobre las subculturas y menos que estan relacionadas con la musica jeje sale que bueno que vuelves a postear!!